Los pacientes con discapacidades visuales sobrevenidas que no son ciegos de nacimiento pero que tienen restos visuales, necesitan en ocasiones, tener un perro guía para que su acompañamiento sea más grato, para darles seguridad y sobre todas las cosas, para ser identificados.
No es poco frecuente ver a personas con retinosis pigmentaria u otras patologías de retina, leer el móvil pero también ir acompañadas de un perro. Su campo visual es tan pequeño que pueden leer un mensaje, en cambio, no son capaces de identificar en dónde están.
Gracias a los perros que prepara la ONCE muchas personas tienen una vida más fácil. 🙂