Una cocina bulliciosa es un lugar en el que todos los sentidos están en alerta. El cerebro procesa el chisporroteo del aceite, el aroma de las especias, la estética visual de los alimentos dispuestos en un plato, el tacto, y el sabor de probar un guiso. Si bien estas señales pueden parecer distintas e independientes, la realidad es que interactúan entre ellas y se integran dentro de la red de neuronas sensoriales del cerebro…
Investigadores del Caltech (Instituto de Tecnología de California) han descubierto que que las que se denominan conexiones neuronales intrínsecas -llamadas también asignaciones de modo cruzado o crossmodal mappings- pueden ser usadas por los dispositivos de ayuda a los ciegos para detectar su entorno, sin necesidad de una intensa concentración o cientos de horas de entrenamiento.
La perspectiva multisensorial de estos dispositivos de ayuda, (llamados dispositivos de sustitución sensorial) podría hacer más fáciles tareas que antes requerían mucho tiempo de adaptación, lo que permitiría a las personas sin visión o con visión muy reducida, adquirir una nueva funcionalidad sensorial similar a la visión.
El trabajo se publicó en la edición del 22 de octubre de la revista Scientific Reports.
Agradecemos a D. Pedro Tort su aportación a DOCE.