Kindier describió por primera vez en 1970 el síndrome de Morning Glory. Este síndrome es una alteración congénita del nervio óptico de predominio unilateral e incidencia muy escasa.
Se caracteriza por un disco óptico de tamaño incrementado, excavación profunda, presencia de restos de tejido glial y disposición radial de la vascularización retiniana.
El objetivo de este trabajo es presentar la imagen fundoscópica de una paciente con este raro síndrome de Morning Glory.
El síndrome de Morning Glory (de la flor de enredadera) es una anomalía congénita del nervio óptico de presentación unilateral, con una incidencia muy baja que afecta principalmente al sexo femenino1.
El diagnóstico puede confundirse o sospecharse por la existencia de ambliopía, estrabismo, nistagmus o leucocoria. Además, suele ser muy frecuente la asociación con trastornos de refracción como el astigmatismo, hipermetropía y la miopía.
El examen de fondo de ojo se caracteriza por un disco óptico aumentado de tamaño, con excavación profunda, disposición radial de la vascularización retiniana y presencia de tejido glial
LEER TODO EL CASO DESCRITO