El ex atleta y medallista paralímpico británico Tim Reddish fue el invitado especial del acto compartiendo, con un aforo prácticamente lleno, su experiencia como paciente que perdió la visión a la edad adulta y al que le fue implantado un chip de retina en el año 2012. En su testimonio, todo un ejemplo de superación, explicó cómo a los 31 años le fue confirmada su retinosis pigmentaria y cómo un drástico: “no hay cura, es hereditaria y genética”, lejos de hundirle, le sirvió para seguir adelante con una nueva vida donde la familia y el deporte han sido su gran apoyo.
No es fácil aprender nuevas habilidades y adaptarte a un nuevo estilo de vida, pero el deporte y la familia me ha ayudado mucho.
Pero sobre todo sustentado por una filosofía de vida en la que la discapacidad visual no es el impedimento ni la excusa para no poder alcanzar los sueños.
Mi experiencia me ha enseñado a no rendirme, a saber qué quiero y a hacer todo lo posible para ser capaz de lograrlo.
En cuanto a su experiencia como paciente con un chip de retina, Reddish aceptó participar en el año 2010 cuando el proyecto todavía era embrionario y lo hizo, como él mismo dice “porque lo peor que podría ocurrir es que no funcionara” y después de que llegara el día de la operación en 2012 (coincidiendo con los JJOO de Londres) y tras 14 horas de cirugía, como él mismo relata.
Estaba nervioso, aprensivo, deseoso que funcionara, no por mí, sino por la juventud del futuro que pudiera beneficiarse de ello.
El ex atleta paralímpico describió la sensación como un fogonazo, una gran fuente de luz.
Podía ver pero no en la forma convencional, tuve que reeducar mi cerebro para interpretar la luz, y tuvimos resultados sorprendentes.
Aunque tras los 9 meses el dispositivo dejó de funcionar y se tuvo que retirar, los resultados fueron fundamentales para contribuir en el avance de los dispositivos de retina.
AGRADECEMOS AL IMO SU JORNADA EN EL DÍA MUNDIAL DE LA VISIÓN. TIM REDDISH FUE UNO DE LOS INVITADOS.
FUENTE;: WWWHATSNEW