En un mundo en que los niños realizan mayores esfuerzos visuales que nunca –especialmente por las pantallas– las cifras de miopía en los niños y los jóvenes son alarmantes: casi la mitad de los menores de 35 años de Europa es miope.
La miopía puede tener consecuencias si no se controla
El ojo miope es un ojo que crece en exceso, de manera que no consigue un enfoque adecuado. La miopía aumenta especialmente durante la niñez y la adolescencia y en uno de cada diez niños miopes crecerá por encima de las 6 dioptrías, la llamada miopía magna, que es una de las mayores causas de patologías (como el desprendimiento de la retina y la retinopatía miópica) y discapacidades visuales (primera causa entre los afiliados a la ONCE).
Por eso es fundamental cuidar y controlar la miopía en los niños y, especialmente, prevenir su aumento. El periodo clave en el que la miopía crece es entre los 7 y los 17 años: esos 10 años son la única posibilidad de intervenir en este proceso. Muchos padres desconocen que la miopía infantil, si no se controla y supervisa, puede aumentar y derivar en serios problemas de visión. Pero, sobre todo, no saben que es posible prevenir su crecimiento.
El ojo miope crece en longitud excesivamente y a veces rápidamente, lo que conduce a dos consecuencias desfavorables: disminución de la visión y cambios degenerativos en el polo posterior del ojo. Todos nosotros estamos familiarizados con la primera, pero no muchos saben de la segunda. No es difícil corregir la visión de un miope, pero precisamente debido a estos cambios en el polo posterior pueden originarse unos procesos patológicos como desprendimiento de retina y retinopatía miópica. Estos procesos pueden resultar en dis- minución de la visión (que es irreversible y que no se corrige) o incluso en ceguera. Esta patología normalmente se muestra bastante tarde, a partir de la edad de 50 años, pero nuestros hijos siempre serán nuestros hijos.
A día de hoy, con los estudios realizados a este respecto, la estadística es tal que si el niño de 10-11 años tiene una miopía leve, existe una probabilidad del 11,2% de que a la edad de 20 tenga miopía magna (6 dioptrías o más); y una probabilidad del 2,3% de que con el tiempo él adquiera una discapacidad visual (para las niñas esta probabilidad es 1,6 veces más alta que para los niños). La miopía magna es la causa de ceguera más frecuente entre los afiliados de la ONCE.
Periodo clave para su tratamiento: 7 – 17 años
Otra consecuencia molesta de la miopía aparte de los efectos en la salud visual del niño, es la restricción en su actividad diaria y la dependencia de medios de corrección visual, como gafas o lentillas. Las gafas y lentillas, a pesar de corregir la visión, no permiten practicar muchas actividades necesarias para el correcto desarrollo del niño (p. ej., la mayoría de los deportes). La miopía progresa entre los 7 y 17 años: esos 10 años son la única posibilidad de intervenir en este proceso.
La ortoqueratología (Orto-K) es un método basado en el uso de lentillas a medida que se ponen exclusivamente durante el sueño. Al usarse por la noche, la capa más externa del ojo, el epitelio corneal, se adapta suavemente a esa forma de la lente. Este cambio de curvatura es minúsculo y no causa ninguna molestia o sensación diferente a una lentilla convencional, pero es suficiente para que, tras las horas de sueño, el ojo miope se haya adaptado a esa curvatura, la de un ojo con una visión totalmente normal.
Además, está especialmente indicado para niños (desde 6 años de edad) por ser el méto- do más eficaz de prevención de la miopía, al ralentizar su crecimiento (en torno al 40%) cuando ésta se desarrolla más rápido. Orto-K es ampliamente usado tanto en Europa como en EE UU desde hace más de 20 años. Como método corrector tiene una combi- nación única de ventajas frente a otros métodos:
• Da buena visión.
• Ralentiza la progresión de la miopía en niños y adolescentes.
• Elimina la necesidad de usar gafas y lentillas durante el día.
• Su efecto es reversible a diferencia de la cirugía refractiva (si se suspende el uso de las lentes OK, la visión gradualmente vuelve a la inicial).
Para los niños la ralentización de la progresión de la miopía es muy importante, ahora que ya sabemos sus consecuencias perjudiciales. Pero Orto-K puede aplicar- se no sólo para corregir la miopía, sino también para hipermetropía y astigmatismo mió- pico. Además, Orto-K proporciona al niño completa libertad en sus actividades diarias y deportivas.
Fuente: Doctor Lens