Llegan las primeras nevadas, y con ellas las ganas de practicar deportes como el esquí o el snowboard. Pero al igual que en el verano, la piel no es lo único que debemos de tener en cuenta, también resulta necesario proteger nuestros ojos, pues la radiación ultravioleta (UV) puede dañarlos.
¿Qué es la “ceguera de la nieve”?
La lesión ocular más frecuente en la nieve es la queratitis solar o fotoqueratitis, también conocida como “la ceguera de la nieve”, una inflamación de la córnea producida por una excesiva exposición a los rayos ultravioletas, que como hemos dicho, en los lugares de montaña resultan amplificados por la reflexión del sol en la nieve.
Los síntomas que nos deben hacer sospechar que quizá suframos fotoqueratitis suelen aparecer a las 6-12 horas después de la exposición y tienden a ser más intensos cuánto mayor haya sido su tiempo. Estos son los principales síntomas:
- Aumento del parpadeo
- Sensación de tener un cuerpo extraño bajo el párpado
- Disminución de la agudeza visual
- Sensibilidad a la luz
- Ojos rojos
¿Qué hacer si sufres de ceguera de la nieve?
La ceguera de la nieve, por norma general, es reversible. Por tanto, con algunos cuidados podemos volver a la normalidad. En el momento que notes alguno de los síntomas, procura no frotar ni tocarte los ojos y evita los lugares con demasiada luz. Lo idóneo sería entrar a un espacio interior, alejado de cualquier reflejo solar y descansar la vista cerrando los ojos. En el caso de llevar lentillas, es importante sacárselas de inmediato, para evitar daños mayores.
Además, la exposición prolongada conlleva un envejecimiento prematuro de la visión, acelerando la formación de cataratas e incluso lesiones en la retina. Por ello, desde ISOCU recalcamos siempre la importancia de proteger tu vista, y ante la radiación ultravioleta, la mejor opción son unas gafas homologadas que cumplan con las normas ISO y exhiban el marcado CE.
FUENTE: INSTITUTO S OCULAR