Una ballena varada en la playa de Sopela en Bizkaia ha permitido que una bióloga del grupo de Investigación Oftalmo-Biología Experimental (GOBE) de la Universidad del País Vasco pueda extraer el ojo al mamífero fallecido y descubrir que el órgano presentaba células vivas. El hallazgo permitirá a la científica Elena Vecino, profundizar acerca del glaucoma y otras enfermedades neurodegenerativas.
Además de observar el crecimiento de las neuronas, el ojo de la ballena ha abierto un gran abanico de posibilidades para conocer el funcionamiento visual de otras especies; la presión intraocular, una de las causantes del glaucoma, así como el funcionamiento del nervio óptico y el párpado. De igual forma, permitirá ver el funcionamiento de algunas enfermedades neurodegenerativas tales como el Alzhéimer o el Parkinson.
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