Salen a la calle entre patinetes, empujones y malas caras; esas que se gasta mucha gente cuando va a lo suyo sin preguntarse quién está al lado. Entre el devenir está sortear no solo los obstáculos de la vida sino esos otros intangibles que tienen que ver con las personas. Son las discapacidades invisibles, esas que no vemos pero que hacen invisibles a las personas que las tienen y ellas, no lo son.
Asociamos porque el ser humano es así de necio, que una abuelita octogenaria no oye y quizá tampoco ve, ergo, va con la edad y no tenemos que ayudarla, pero tampoco nos cabe en la cabeza que un niño haya perdido la vista y quizá el oído. No alcanzamos a pensar cómo estas personas con discapacidades sobrevenidas o congénitas, llegan a sobrevivir y utilizo correctamente ese término, en ese maremágnum llamado vida.
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